Derrumbe del techo de la Parroquia
Autor: Manuel González Durán
El día 24 de mayo, de 2.005, se produce el derrumbe de la bóveda de la zona lateral de la iglesia de Nuestra Señora de los Remedios de Cabra se derrumbó sobre las once de la mañana unos veinte minutos antes de que comenzara la catequesis y las comuniones previstas. El desprendimiento, que provocó un agujero en el techo del templo de unos tres metros de diámetro destrozó varios bancos que se encontraban en el interior de la iglesia. El párroco de la Iglesia de los Remedios, Don José Burgos Serrano, que se encontraba en la sacristía en el momento del hundimiento del techo, manifestó que «ha sido providencial que no hubiera personas en el interior de la iglesia en esos momentos».
El 12 de mayo del 2007 a las 12h de la mañana y después de casi dos años de obras, la Iglesia de la Soledad y Parroquia de Ntra. Sra. de los Remedios, ya restaurada, abría sus puertas para celebrar la Consagración del nuevo altar y la reapertura del templo al culto, por el Excmo. Rvdmo. Sr. Don Juan José Asenjo Pelegrina, en aquel entonces Sr. Obispo de Córdoba.
Culminaba así un proceso de restauración que se originó con el desplome de la bóveda y la techumbre de su nave lateral izquierda el 22 de mayo del 2005. Si al principio las obras indicaban un coste de 60.000 €, creyendo que sólo sería el derrumbe no fue así ya que después de una inspección y estudio, el presupuesto ascendería a más de 600.000 €.
Las actuaciones no quedaron tan solo en la restauración de la cubierta si no que se extendieron a una reparación y rehabilitación completa de toda el templo, tanto exterior como interior, tareas de pavimentación, solería, pilares de carga, carpintería, pintura interior y exterior, canalizaciones para instalaciones eléctricas, bajantes y desagües, iluminación, megafonía, etc.
La portada de piedra del templo, además de estar muy deteriorada y sucia, tenía peligro de desprenderse. No sólo se restauró y limpió, sino que se fijó.
Se renovaron las vidrieras por 13 nuevas, alusivas a las advocaciones del templo ya que las anteriores estaban en un estado precario y eran irrecuperables. Se restauraron los cuatro cuadros de los evangelistas de las pechinas de la cúpula, así como las pinturas de dicha cúpula del altar mayor. Se restauró el retablo del altar mayor, muy deteriorado. Se fundió y electrificó la campana que estaba rota dotando de nuevo de su sonido característico a la Iglesia.
Se realizaron nuevos bancos para el templo. Y el púlpito fue restaurado y adaptado como ambón de lecturas.
Todas esas actuaciones se realizaron gracias a la generosidad de Instituciones, organismos, empresas, asociaciones, medios de comunicación y de todo el pueblo de Cabra que generosamente colaboró para tal fin, ver de nuevo abierta al culto la Parroquia de Nuestra Señora de los Remedios “La Soledad”.
Se solicitó ayuda tanto al Ilmo. Ayuntamiento de Cabra, a la Diputación Provincial, al Obispado y al propio Ministerio de Cultura del Gobierno de España, presidido en aquel entonces por la egabrense Dña. Carmen Calvo.
El coste total de la Obra de la Parroquia, y Casa Parroquial, ascendió a la cantidad de 652.021,23 €, y se terminó de pagar siendo párroco Don Rafael Castro Flores.
Un proyecto casi impensable de sufragar pero que acabó siendo una realidad. Desde los ingresos de donativos anónimos, entregados a su párroco D. Gregorio Molina Hidalgo, así como, todas las colectas, (exceptuando la de Cáritas que se ingresaba a la cuenta de Caritas Interparroquial) ingresos por servicios parroquiales, que se aportaban a la cuenta de la obra, aparte de las generosas cuotas así como los ingresos logrados por las actividades festivas, organizados por jóvenes y mayores de todas las calles de la feligresía y resto de la localidad, que colaboraban con entusiasmo a la llamada de la Comisión de obras formada para dicho fin.
Un sinfín de iniciativas ciudadanas se sucedieron para recaudar fondos económicos que permitirían la total restauración de este templo y que fueron un acierto de convivencia siendo el germen que originó, la amistad, y fraternidad, compartiendo el crecimiento del interés y responsabilidad por la Parroquia que la sentíamos como nuestra y que revitalizaron la vida de la comunidad parroquial, en palabras de nuestro querido y recordado Don Gregorio, una Iglesia reconstruida con “Piedras Vivas”.
Colaboración de Luis Gallardo Calvillo (2.024)