Restauración de la Saya


Se estrenó el Sábado Santo de 1.871, siendo hermano mayor, Don Juan de Vargas y Uclés. El coste de la saya fue de 50.000 reales junto con el magnífico manto que porta. Fueron sufragados por Don Atanasio Linares Notario, presbítero y catedrático el Instituto Aguilar y Eslava de Cabra (Córdoba).
Dicha donación fue por la venta de unas casas de su propiedad y un olivar junto a la dehesa de Prados. Diseñada por el pintor gaditano Francisco Iglesias, afincado en Cabra, cobrando más de 7.000 reales por el diseño. Dicha saya fue bordada por las reverendas madres Agustinas de Cabra, que cobraron 10.000 reales.

La saya está bordada en oro, sobre terciopelo azul marino oscuro, en la parte central destaca el cáliz sacramental entre un profuso juego de elementos vegetales.
Fue restaurada entre los años 2.012 y 2.013, saliendo en procesión en el 2.013. El terciopelo se sustituyó por otro de igual tejido y color, para la intervención se creó una plantilla, un estudio fotográfico integral y parcial de todas las piezas bordadas, se restauraron las cartulinas que sirven de base para el bordado siguiendo el dibujo original de todas las lentejuelas de plata bañada en oro, fornituras y espejuelos.



Todas las piezas de la saya se restauraron excepto los estambres que sirven para armonizar los jazmines y hojas de acanto de gusanillo, que al estar bordados directamente sobre el terciopelo fueron irrecuperables, pero que se repusieron nuevos utilizando la misma técnica original.
La restauración fue llevada a cabo por Don José Luis Guerra Flores, de Córdoba, siendo hermano mayor Don Antonio Carlos Córdoba Moriana. El trabajo de restauración se presentó el 14 de marzo del año 2.013 y fue estrenada el 16 de marzo del mismo año en un besamanos extraordinario.







