Nuestros Costaleros
La cuadrilla de costaleros fue creada a finales de 1.984, siendo su hermano mayor Don Eusebio Muriel Luque, su primera estación de penitencia estaba preparada para el año 1.985, los primeros años conto con un gran equipo de costaleros, portando a nuestra titular 28 componentes y siendo de 64 el total de la cuadrilla , su primer capataz fue Don Manuel Mesa Tienda quien estuvo desde el año 1.984 al 1.988 , su segundo capataz fue Don Antonio Carlos Córdoba Moriana, quien estuvo al frente de la cuadrilla desde el año 1.989 a 2.013. Desde entonces hasta hoy en día ostenta el cargo de capataz Don Juan Luna Aguilera.
Todo estaba preparado para esa primera salida de aquel año 1.985, pero por imprevistos de la lluvia no pudo realizarse , haciendo su primera estación de penitencia al año siguiente.
Se hicieron varios cambios en la canastilla del paso de nuestra titular, donde pasaron a ser 32 los componentes que iban bajo el paso , los mismos que en la actualidad. Actualmente se mantiene un gran número de costaleros, aproximadamente unos 45.
En el año 2.009 se cumplieron los veinticinco años de la cuadrilla , la cual regalo el llamador del paso a la hermandad , siendo este llamador el que se mantiene actualmente. Es una réplica de una imagen existente en la parroquia de la Soledad, San Joaquín, Santa Ana y la Virgen niña.
En la actualidad , de aquella primera cuadrilla formada en 1.984 solo permanecen dos componentes , Don Juan Luna Aguilera y Don Antonio Carlos Córdoba Moriana, componentes de la en la Junta de Gobierno.
Anterior a esta fecha, 1.984 la cofradía no tenía cuadrilla propia, siendo portada nuestra titular por costaleros que se dedicaban a llevar a hombros diversos pasos de hermandades Egabrenses.
Y debajo te acogen y te miman desde hace muchos años, cuadrilla de costaleros, cuadrilla de la Soledad, sabiamente guiada por Antonio Córdoba y después por Juan Luna. Desde padres de familia hasta jóvenes de nuestro pueblo y algunos hasta de fuera. Padres e hijos conviven bajo la canastilla, transmitiendo ese sentimiento de generación en generación. Y de eso Antonio y Juan, puede dar cuenta de ello. Por eso, queridos costaleros, os ha movido la fe a veces oscura e inexplicable de apretaros el fajín y arrimar hombro con hombro ayudando a veces al que no puede. Gracias a vosotros por ese compañerismo y esa ilusión que habéis sido capaces de transmitir. A vosotros, costaleros de la Soledad.